
"Con todas estas provocaciones, el joven dictador Kim Jong-un pretende reabrir las conversaciones con Estados Unidos"
Por segundo día consecutivo, Corea del Norte ha vuelto a disparar este domingo un misil de corto alcance en su costa oriental, según ha informado a la agencia
France Presse un portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano.
Este nuevo proyectil se
une a los tres lanzados el sábado en la misma zona. Aunque los cuatro misiles de estos dos últimos días han caído en el mar
lejos de aguas territoriales surcoreanas, el Ejército de este país se encuentra en estado
de alerta y ha desplegado baterías
antimisiles en las islas que se encuentran a sólo diez kilómetros del Norte.
A pesar de la petición de Corea del Sur para que no repitieran este tipo de ensayos balísticos, el régimen estalinista de
Pyongyang ha seguido adelante con sus ejercicios militares. Con esta nueva prueba,
Corea del Norte vuelve a desafiar a la comunidad internacional y eleva la tensión en la región
al violar otra vez la Resolución 1874 de Naciones Unidas, que le impide cualquier tipo de ensayo balístico.
“Encontramos deplorable que el Norte no detenga las provocaciones, como el
lanzamiento de estos misiles guiados, y le pedimos que sea responsable por nuestro
propio bien y el de la comunidad
internacional”, había instado el portavoz del Ministerio para la Unificación de Corea del Sur, Kim Hyung-seok , antes de conocerse el último ensayo.
Desde Moscú, el secretario general de la ONU, el surcoreano Ban Ki-moon, también había apelado al régimen de Pyongyang a “abstenerse” de nuevos lanzamientos, un llamamiento que ha tenido tan poco
efecto como una petición similar efectuada desde el Departamento de Estado
norteamericano.
Con todas estas provocaciones, el joven dictador Kim Jong-un pretende reabrir las
conversaciones con Estados Unidos y consolidar su imagen como líder fuerte
ante su propio pueblo. Además, ha
sustituido a su ministro de Defensa, el
septuagenario Kim Kyok-sik, por Jang Jong-nam, un general veinte años más joven.
Aunque no es probable que destaque por su moderación, tampoco se espera que
tenga tanta sangre fría como su antecesor, quien al parecer dirigió el hundimiento de
la corbeta “Cheonan” y el bombardeo de la
isla de Yeonpyeong, que dejaron 50 muertos en 2010.
Al igual que ocurrió en marzo, cuando el régimen estalinista de Pyongyang disparó
otros dos misiles de corto alcance en su costa oriental, estos proyectiles podrían ser
una prueba balística para mejorar la puntería de su arsenal.
Con estos nuevos ensayos, Corea del Norte retoma la escalada de la tensión que ha protagonizado durante los últimos meses,
ya que el pasado 12 de febrero efectuó su tercer ensayo nuclear y en marzo y abril redobló sus amenazas contra Estados
Unidos y el Sur.
Dentro de estas provocaciones , el régimen estalinista de Pyongyang ha cerrado el polígono industrial conjunto de Kaesong,
donde 53.000 norcoreanos trabajaban para un centenar de empresas del Sur.
Además, el Ejército norcoreano movilizó en su costa oriental lanzaderas de misiles Musudan, que podrían golpear la base
estadounidense de Guam, en el Pacífico, porque en teoría tienen capacidad para recorrer hasta 4.000 kilómetros.
Ahora, los nuevos misiles disparados por Corea del Norte pueden hacer saltar por los aires toda esperanza de llegar a un acuerdo.
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