
Los argentinos nos debemos un ejercicio de reflexión profundo sobre nosotros mismos, lo que somos como conjunto, lo que venimos logrando como país. Es que somos, para el mundo, una sociedad inexplicable y la angustia que esto produce no es de hoy (esto va para los más jóvenes que lean estas líneas), Y NO TIENE ORIGEN en hechos recientes o en anteriores como tantos dramas vividos por nuestra sociedad desde nuestros inicios, inclusive coloniales. Es el resultado último de nuestro hacer y deshacer colectivo DESDE NUESTROS ORIGENES HASTA HOY. Es lo que logramos entre todos desde nuestra historia.
Hay una profusa bibliografía que intenta explicar esa evolución,- para muchos involución -, de nuestro país. Aquí no miramos el pasado con nostalgia inmovilizante, puesto que aquel -el pasado-, seguramente contiene los ingredientes que nos llevaron a ser lo que somos hoy.
Apenas pretendemos contribuir con reflexión, a identificar desde una mirada actual, lo que nos falta como sociedad para juntos proponernos cambiar y darnos la posibilidad de realizarnos en un destino mejor.
Nos lo merecemos.
Pero por sobre todo necesitamos reflexión pues no es posible dar solución a un problema si se ignora que se tiene. Y tenemos un problema los argentinos?. Si la respuesta es negativa, pues a seguir adelante como vamos, ya que no habría nada que corregir. Pero si la respuesta es afirmativa, habrá que hacer el esfuerzo de entender qué nos pasa y el aún mayor de identificar qué hacer y el más intenso en el tiempo, que es el de producir los cambios necesarios para concretar nuestras aspiraciones compartidas.
En nuestro grupo sí creemos que los argentinos - todos -, tenemos un problema y, más aún, creemos que es grave. Tanto como para obligarnos a actuar ya, con urgencia.
Creemos que nuestro país es una promesa incumplida. Todos sabemos que estuvimos entre los grandes y que dejamos de estar en ese grupo. Somos el único caso de desdesarrollo económico y social de la modernidad. Nos ubicamos hoy en la comunidad de naciones en un lugar muy distinto del que previmos como sociedad en otros tiempos y nos tiñe la nostalgia de no haber realizado aquel sueño que tuvimos al alcance de la mano.
Nos estudian en el mundo junto a Japón por ejemplo, sorprendido el mundo académico acerca de nuestra involución. Cómo es posible que un país pequeño como Japón sin más recursos que sus ciudadanos - y su cultura claro está -sea lo que es y nosotros con muy buenos recursos humanos también, pero además con ingentes recursos naturales, un inmenso territorio de variados climas, cuna de una más que meritoria salud y educación públicas, buen nivel universitario y tanto más que podríamos agregar - pero también con nuestra cultura - hemos ido para atrás mientras que, nuestros pares de otros tiempos como España, Canadá, Nueva Zelanda, Australia entre otros, o países antes en nuestra retaguardia como el Brasil, Corea y la mayor parte del hoy rico y emergente Sudeste asiático, o bien la India y tantos otros que hoy nos superan.
Hoy, en tiempos en que reina la sociedad del conocimiento, las razones parecieran hacerse cada vez más evidentes. Menos cuentan, en una sociedad, los recursos naturales - siempre bienvenidos -, que el así llamado Capital Social de un país - muchísimo más importante -, riqueza esa mensurable desde su capacidad de hacer como conjunto, de decidir sus rumbos a lo largo de su historia, en el presente y hacia el futuro, definir su inserción en el mundo, cómo prepararse, qué hacer para realizar un destino necesariamente compartido en el seno de una sociedad.
Allí es donde pareciera que fallamos nosotros.
Para Unidos en acción, la clave de nuestra tarea es la de proponer salidas y no sobre abundar en el análisis de los por qué, lo cual inevitablemente nos inmovilizaría en discusiones que llevan ya años, entre cada vez menos compatriotas angustiados todos por los pobres resultados que podemos exhibir
Nosotros resolvimos ese dilema de una vez autoasignandonos, a todos los argentinos - claro que cada uno sabrá con qué alcance -, la responsabilidad, desde nuestros inicios históricos, de estar donde estamos y como estamos.
Y cómo estamos?. Seguramente con posibilidades de ser mucho más de lo que somos hoy. Y para ello no cabe sino entender que mantenemos entre nosotros modos de ser que conspiran contra nuestras posibilidades de ser y hacer más. Y nuevamente digamos que este análisis va por fuera de circunstancias políticas internas, externas, climáticas, ... del orden que fuere ...-
Sobre lo que pretendemos poner luz aquí... desnudando nuestra sociedad. Ese modo tan particular de ser que nos impide hacer juntos. Eso haremos - en Argentina al desnudo I -, a través del análisis del tránsito, de cómo conducimos y nos conducimos en las rutas, en las calles, como conductores de autos, motos, bicicletas y como peatones. Veremos juntos esa realidad vergonzante que nos conmueve día a día y además nos ayudaremos a entender mejor el significado de ese horror a través de entrevistas, de todo tipo tanto técnicas como de un orden más general, antropológico y sociológico, que le haremos a los mejores especialistas que tiene nuestro país en cada una de esas materias. También acudiremos a especialistas de otros países y les daremos a los espectadores ejemplos de lo que sucede en otras sociedades.
Pero por sobre todo lo que podemos hacer UNIDOS es demostrarnos prácticamente que si queremos podemos; que si nos lo proponemos podemos reducir los accidentes... Podemos salvar vidas.
Se entiende que lo que proponemos hacer juntos es nada más y nada menos que lograr que mueran menos personas? Se comprende lo que eso significa?
Si logramos que mueran menos personas - una sola -, no sería fantástico, único???. Esa vida salvada justifica por sí todo esfuerzo que hagamos.
La verdad está interesante espero sus opiniones...
Fuente