Al parecer la RIAA está encontrando un negocio prometedor mediante demandas a usuarios, como el mes pasado con el caso contra Jammie Thomas-Rasset por compartir 24 canciones e infringir derechos de autor y con una multa de 2 millones de dólares.
El equipo de defensa de Tenenbaum encabezado por el profesor Charles Nesson y sus estudiantes de derecho quedaron impotentes en el caso: “No cabe duda de que éramos un creativo equipo jurídico y no tradicional. Sin embargo, entrando en el juicio, fuimos despojados de toda posibilidad de mitigar los cargos de Joel”.
El dinero que según la RIAA gana en estos juicios está destinado a más demandas y campañas de “educación” y lucha contra la piratería, y no a los artistas que supuestamente la RIAA representa, haciendo bien su trabajo de relaciones públicas como una organización que mata sin piedad.
