Toda esta reyerta surgió a raíz de una denuncia que presentó el desarrollador del navegador web Opera ante la Comisión Europea el año pasado, diciendo que Microsoft obtiene una ventaja desleal mediante la vinculación de Internet Explorer con Windows. Seguido a este, se sumó al palo Mozilla.
Para evitar Microsoft el retraso de envío de su próximo sistema operativo Windows 7, que verá la luz el día 22 de octubre de este año, ha llegado a la decisión de no incluir su navegador IE a Windows 7, pero según se informa, la compañía ofrecerá a los fabricantes de ordenadores una forma de incluir el navegador en los ordenadores antes de que estos sean vendidos.
Al mismo tiempo, una vez obtenido el equipo con Windows 7, aunque adquieras el S.O. individualmente, le será fácil conseguir que los usuarios instalen Internet Explorer ya que vendrá incluido en las actualizaciones de Windows Update.
Pero sus competidores, Opera y Mozilla, habrán conseguido su propósito para evitar el monopolio de Microsoft, un tema que le ha llevado a la compañía algunas multas por parte de la Comisión Europea que han supuesto unas pérdidas de más de 1 millones de dólares a la compañía.
