
La versión de prueba de 90 días no requiere ningún tipo de suscripción y se puede instalar libremente. Eso sí, es recomendable instalarla en una máquina virtual porque esta versión no es actualizable a la versión final. Es decir, que a los tres meses dejará de funcionar y no habrá más, no podrán actualizar y tendrán que reinstalar desde cero.
No parece haber muchas novedades con respecto a la Consumer Preview, salvo las versiones definitivas de las aplicaciones por defecto, las versiones RTM de Visual Studio y el SDK y la esperable corrección de errores y rendimiento. Aun así, si queréis ser de los primeros en saber cómo será Windows 8, ya pueden empezar a descargar.


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